Alvaro Andrés Padilla Vargas
Colombiano, bailador de salsa, perseguidor de comida callejera, cocinero experimental, peluquero de algunos, profesor bipolar, diseñador de amores y viajero con suerte.
Después de explorar en la psicología durante unos años decidí estudiar Diseño Industrial y de aquella intrincada relación surgió el interés por dedicarme a la educación.
Vinculado a la universidad acompañé y asesoré proyectos académicos de diseño en temas como metodologías de diseño y diseño crítico. Me encontré de pronto al frente de un salón lleno de adolescentes que me decían profe y retaban mi inmadurez en un Colegio de Bogotá. Aproveché al máximo guiar la clase de Diseño, experimenté hasta el cansancio, proponiendo nuevas actividades que cuestionaban las interpretaciones tradicionales del diseño y convertí aquel espacio en un Laboratorio, construyendo un nuevo programa académico y didáctico.
Pronto comprendí que me faltaba mucho por desaprender, así que salí a educarme en la ruta. Viajé año y medio por Brasil con el proyecto Sol de Noite, un Laboratorio Itinerante de Cocina Creativa que recorrió el país mezclando gastronomías locales con recuerdos de la cocina de mamá y creaciones únicas, siempre atento a jugar con los productos locales en recetas originales.
Desembarco en el Rio de la Plata y me declaro voluntariamente prisionero en Buenos Aires.
Diseño, cocina, educación y viajes buscan ahora un lugar común en el ritmo incansable de la ciudad de la furia.
Luca Wyss
«Creo que hay un pueblo múltiple, un pueblo de mutantes, un pueblo de potencialidades que aparecen, desaparecen, se encarnan en los hechos sociales, en los eventos musicales, …» (Félix Guattari)
Soy un artista a la deriva. Siempre buscando la revolución en lo cotidiano, trabajo con video, performance, comida y palabras.
Nací de madre italiana y padre suizo, en Toulouse, Francia. Estudié artes visuales hasta la maestría, desarrollando un trabajo de video y performance que busca lo político en lo cotidiano. Trabajé en la organización de eventos en centros de arte en París, su periferia y en Estanbul.
Hablando dos idiomas nativos, el francés y el italiano, me fue natural salir a viajar. Comencé en el Este de Europa, encontrando los revolucionarios de la ex- Yugoslavia. Después de este viaje, me fui a dar una vuelta por el mediterráneo, pasando para Estanbul, Beirut, Argel, Atenas, descubriendo una mezcla de revuelta, cocina, arte, mar y palabras. Terminé de convertirme en transnacional. En estas experiencias, practiqué el video documental y el inglés dentro del colectivo de artistas Les inquiets. Filmar a la gente que habla de lo cotidiano es un modo de entender y compartir espacios de discusión y de reescribir la percepción de la realidad.
La relación con la comida es muy importante. Aprender a cocinar la comida de cada país, me ayudó a entrar en la cultura local y entender la situación allí. ¿Cuál es la actividad más cotidiana? Comer. Puede parecer nada, pero es un modo de crear relaciones y de discutir. También la comida es un gesto micro-politico, provocando sensaciones nuevas y el mestizaje. Viajando estoy investigando los espacios de discusión que se pueden hacer con la comida, las películas y los espectáculos.
Yesol Chun(SOL)
– Palabras claves : Surcoreana no tan típica. Cocinera, fiestera, fotógrafa, comunicadora, pseudo- queer hipster , una nerd de los productos digitales, amante de los dulces y la papa frita
– Idioma: Hablo en coreano y en español bastante raro con accento argentino, las palabras mexicanas y un poco de los países caribeños.
– Lo que me gusta : No tomo mucho alcohol pero me gusta ir a la fiesta. Me gusta comer helado cuando hace frío. Me gusta dormir en el autobus y mirar la gente. Y me gusta chiflar y cantar mientras me ducho. Me encanta tomar agua después del ejercicio y obviamente me encanta viajar , conocer otra cultura através de la comida Y SONREÍR.
– Mi gran desafío : era vegetariana durante 3 años. Ahora vivo con el choripan en una mano y en otra mano el asado.
www.chunyesol.com / FB: Yesol Chun